domingo, 9 de mayo de 2010

Nostalgia, dulce nostalgia



Este artículo fue extraido de bandaancha.eu.

¿Quién no recuerda Windows 3.11 o Windows 95? Ventanas maravillosas se abrían en aquellas pantallas que aún solían ser en blanco y negro. Alguno seguro que se atrevió incluso a instalar DR-DOS 6.0 y trastearlo, o hizo sus pinitos con OS2/Warp 3 de IBM, por eso siempre de ir en contra de lo establecido. Por contra, muchos de los que nos leen (juventud, dulce juventud) ni siquiera saben de qué estamos hablando... Aún corrían los años 80-90 del siglo XX, hace casi 20 años.

Hace mucho, mucho tiempo, los ordenadores con tan sólo 16 MB de RAM eran todo un lujo que pocos se podían permitir (carísimos) y los sistemas operativos con entorno gráfico añadido sobre la famosa C:> podían funcionar ya con tan sólo 4-8 MB de RAM en un simple y obsoleto (una palabra “mágica”) PC de un arranque lento y penoso que duraba media tarde. Los juegos bidimensionales como Prince of Persia, Tetris o Carmen hacían su agosto. Por entonces, los sistemas operativos eran ya de 16 bits y algunos (muy pocos) lucían en sus fundas un orgulloso reclamo que hablaba del futuro de los 32 bits, algo que muy pocos programas podían ejecutar y que mediante una torpe emulación algunos podían arrancar.

Por entonces, un famoso Peter Norton publicaba en 1985 una “Biblia” del programador para el IBM PC y PS/2, y se hablaba de los modos CGA y, con la miel en los labios, de un aún casi inaccesible VGA. Era la época del Intel 8086 (que sustituyó al 8088, de sólo 8 bits), del 80286 (capaz de realizar multitarea alternando las secuencias entre programas a ritmo de tortuga) y del carísimo 80386, que tenía la osadía de trabajar con 32 bits en una época en la que no había programas que estuviesen diseñados para poder funcionar en ellos. AMD no existía. Los ordenadores alardeaban entonces de llevar un coprocesador matemático 8087, que se insertaba en un zócalo aparte de la CPU original, sin el cual los PCs sólo podían realizar pequeñas operaciones matemáticas, emulando con números enteros. La ROM de aquellos “dinosaurios” ocupaba media placa y alcanzaban los 40 KB, y algunos, refiriéndose a la RAM, se atrevían a hablar de EMS (memoria expandida), que había que configurar aparte en el famoso CONFIG.SYS, para que los ordenadores pudiesen aprovecharla por encima de la cifra mítica de 640 KB. Cuando se bloqueaba el cacharro, se arrancaba de nuevo con un disquete, si éste no se había roto. Por fin, el disco flexible de 5 ¼” iba desapareciendo… El virus de la bolita rebotando en la pantalla hacía furor.

Los más osados e intranquilos, en vez de quedar con sus novias, se inventaban excusas para encerrarse en la habitación y hacer sus pinitos con Basic, y programaban durante horas y horas una aplicación que podía calcular el área de una superficie introduciendo sus lados... Algunos, con el comando SCREEN se atrevían con el modo gráfico hasta ser capaces de dibujar círculos. Muy pocos, como siempre, tuvieron la “desfachatez” de atreverse a aprender Pascal, un lenguaje “revolucionario”, porque, según ellos, iba mucho mejor para cálculos matemáticos y corría mejor con pocos kilobytes de memoria, y muy pocos iluminados rarillos se peleaban con COBOL o Fortran. Otros terminaron siendo infieles con el tiempo, pasándose, años más tarde, a un desconocido C que acaba de surgir del lenguaje creado en el remoto 1972 para los mastodónticos ordenadores que usaban UNIX.

Los más inteligentes, tragaban saliva, sudaban por el cansancio y buscaban, perdiendo horas de sueño, cómo aprender a programar en Ensamblador, usando comandos como CLI, JLE o PUSH para introducir datos (en la pila). Eran sólo los que tenían más de 300 ó 400 de C.I.

Quienes sienten nostalgia de aquellos viejos (maravillosos) tiempos, o quienes nacieron hace menos de 20-25 años, pueden ahora disfrutar bajándose todo un sistema operativo a uno o varios disquetes de 3 ½’’ y arrancar su flamante AMD Athlon64 a tropecientos mil megahercios o su Intel Core 2 Duo de última generación con un estupendo Windows 3.1, un curioso IBM 1.1, un primigenio Linux 0.99 ó, incluso mucho mejor, un MS-DOS 8.0, la ultimísima versión de este amado y odiado sistema operativo que revolucionó el ordenador personal. Podrán así usar de nuevo APPEND, ATTRIB o XCOPY al más puro estilo apache, en archivos de formato 8x3. Los más osados, no duden en probar las maravillas de OS2/Warp 4 o del extraño QNX. Algunos llorarán al ver de nuevo su Windows 3.1 en pantalla o echarán alguna lagrimita usando un “robusto” Windows NT 3.51 cuando aconsejaban usar como mínimo un 386. Pocos saben aún hoy que, por ejemplo, un rarísimo PC-DOS 7.0 es la base para arrancar su insustituible y actual Norton Ghost cuando todo lo demás falla. ¿Quién da más?

-----

Este artículo fue extraido de bandaancha.eu.

viernes, 7 de mayo de 2010

domingo, 2 de mayo de 2010

IBM PC-XT 286



Esta es mi IBM PC-XT 286. Se trata de una máquina originaria de 1986 (la mía fue adquirida en 1988) con un procesador Intel 80286 a una velocidad de reloj de 6 Mhz. Curiosamente resultó más rápida que las AT con el 80286 a 8 Mhz, debido al tipo de memoria que la XT usaba (tenía cero estados de espera, con lo que movía los datos más rápidamente). Ya que hablamos de la memoria, decir que cuenta con 640 Kb de RAM.
Ver resto del artículo en Retroinformática.

El PS/1 de IBM



Esta es una de mis “viejas” máquinas (data de 1990) que todavía uso, aunque sólo sea para picar algo en el DOS.

Ver resto del artículo en Retroinformática.