Traducción de la artículo original ubicado en Download Squad, escrito por Trey Zuspan el 31 de Diciembre de 2009.
Mi primera computadora fue una IBM 80286 usada, con 660k de RAM, un disco duro de 10MB, con MS-DOS 3.0. y una flamante unidad de diskettes de 5 1/4". La trajo mi padre, de su trabajo cuando yo tenía 6 años de edad. Se la compró a la conpañía cuando se actualizaron a 386, acabadas de salir aquel año. Cuando entró a la sala con la enorme caja, yo no estaba seguro de lo que era, pero sabía que me gustaría fuese lo que fuese. Pasamos aquella noche instalándola y configurándola, y me tocó el honor de oprimir el botón de encendido ubicado en la parte trasera de la maquinota.
Esta computadora, que aún existe y funciona hoy en día, fue la primera que vi en mi vida, y no sabía por qué, pero me gustó la cosa. Ya a esa edad, me obsesionaba la tecnología; llegaba al extremo de pedir un Nintendo, sin saber que era, solo bastaba el hecho de que tuviera cables. Cuando la máquina, lo único que mostraba era la linea de comando de DOS... más nada. Mi papá tomó uno de los numerosos manuales manuales que trajo la computadora, y comenzó a hojearlos. En su momento, encontró lo que estaba buscando, y comenzó a tipear lo que para mi eran jeroglíficos.
Después de una hora o más de observarlo tipear en aquel teclado enorme, blanco y ruidoso, finalmente se detuvo y dijo, "OK, seguiremos mañana," y apagó el equipo. Yo no sabía que era todo lo que había hecho, pero quería aprender. Así que mientras cenábamos aquella noche, leí una o dos páginas del manual, y logré entender algunos comandos básicos de DOS, y algunas líneas de BASIC. Después de la cena, fui hasta la sala, hasta el escritorio y encendí la polvorienta caja.
Sentado allí por casi todo el resto de la noche, tipeando con un solo dedo, y revisando los manuales mas o menos cada 10 segundos, eventualmente logré que la computadora hiciera algunas cosas muy buenas en mi opinión -- entre ellas el típico script "¡Hola Mundo!". Cuando mi padre llegó y vio lo que hacía, se sentó y me hizo mostrarle algunas cosas del libro. Después de esa noche comenzamos a escoger shareware, juegos, procesadores de texto, y cualquier cosas más que encontráramos; y que cumpliera con los requerimientos del sistema.
Una semana después de que instalamos la computadora, fuimos a Radio Shack y compramos una actualización de RAM. Así pues, pasamos de 640k a 1024k. Asi es, ¡todo un megabyte ! Y eso era prácticamente el doble de que podría requerir cualquier programa que consiguiéramos. Jugamos desde horribles juegos de memoria, hasta conseguir programas TSR, hasta juegos mas sofisticados, hasta un primitivo simulador de vuelo que no corría en el hardware original.
Aquella computadora continúo llevando un uso regular hasta que fue reemplazada por una Compaq 80386 sin unidad de 5 1/4", con una de 3 1/2" y un disco duro de 20MB, y 2MB de RAM, pero la seguíamos sacando de vez en cuando para jugar algún juego que sólo estaban disponibles en diskettes de 5 1/4". Disfrute muchos años de Wolfenstein 3D, Ken's Labyrinth, Rambo III, y pare usted de contar. Pasó de tener DOS a PS/2, e incluso Windows 3.1 tuvo instalado en un momento dado. Word Perfect 3 fue el procesador de texto preferido y había archivos .BAT regados por todos los sectores de su fiel disco duro. Había manuales y tutoriales de BASIC regados por el escritorio y al menos 5 diferentes porta-diskettes completamente llenos y en uso en todo momento.
Hoy en día, estoy en una MacBook Intel Core 2 Duo de 2.16 Ghz, 2GB de RAm y un disco duro de 160GB, una quemadora de CD/DVD y una pantalla que no sólo es ancha, sino que soporta resoluciones que nadie se atrevía a soñar en aquella época. La computadora de la casa es un clon armado monstruoso que cree usando una vieja carcasa, un Pentium 4, 4GB de RAM DDR2, un disco duro de 320GB y una tarjeta de video capaz de renderizar Avatar en tiempo real. La tecnología ha avanzado, no se puede negar, desde mi primera PC, pero no quiere decir que esa PC sea inútil. Como ya dije, aun está viva, y de vez en cuando la iniciamos y cargamos algún viejo juego y jugamos por horas seguidas. Y me encanta. Mientras encienda, seguiré volviendo a ella y dándole la atención que necesite. Mientras se consigan los repuestos, siempre habrá un lugar para ella en mi hogar.
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